jueves, 21 de mayo de 2009

Día 6: El Cebreiro tampoco puede con nosotros (pero duele un rato!)



Que sí, de verdad, que hemos llegado hasta arriba del todo!! Parece mentira pero lo hemos conseguido; de hecho estamos pasando la noche aquí en el Cebreiro porque las piernas han dicho que no se movían ni un metro más. El día ha empezado tranquilito, como siempre, con unos 25 km desde

Ponferrada hasta Villafranca del Bierzo. Seguramente sea la parte más bonita del camino, llegando a Cacabelos y terminando en el Cebreiro. Hemos ido como siempre, cantando canciones cogidos de la mano, haciendo fotos... pero con el canguelo encima pensando en lo que nos venía.

Y ha llegado, vaya si ha llegado... Fisicamente ha sido el peor día de nuestras vidas, un esfuerzo que no repetiría ni de coña. Una y no más! Lo duro empieza en Vega de Valcarcel, donde hemos aprovechado para tomar un aquarius y escuchar al Rambo local que nos ha dicho que hay dos caminos hasta la cima: lo típico, uno largo y más suave por carretera y un segundo 4 km más corto pero bastante más duro. El pollo dice que lo sube casi a diario (en fin, si él lo dice...) No sé qué pelotas se nos ha pasado por la cabeza, o qué nos han echado en el aquarius, pero nos hemos venido arriba y hemos tirado por el duro, con un par!

Pronto empecé a sospechar que no había sido buena idea; ni una sola bicicleta en nuestro camino y una solana del copón. Los botellines de agua casi vacíos y 3 viejos vacilándonos mientras subían practicamente a nuestro mismo ritmo caminando con sus bastoncitos del carajo.

Con más o menos sufrimiento hemos llegado hasta La Faba, en un punto en el que había otro desvío; uno para peatones y otro asfaltado para bicis. Abominable. Monstruoso. Brutal. Indescriptible. Unas cuestas que seguramente sean hasta ilegales, de verdad. Hemos tirado cuesta arriba metro tras metro hasta que ha sido imposible seguir. Ha habido un tramo de
1 km y medio que hemos tenido que hacerlo a pie arrastrando la bici. El caso es que aún así la historia no ha mejorado mucho, y menos aún con las zapatillas de montar en bicicleta, que son como zapatos de claqué y no ayudan mucho a subir cuestas bajo el sol, ya sin agua y encima con los pies planos. Maravilloso.

Al final nos hemos vuelto a subir a la bici como hemos podido y nos hemos arrastrado hasta La Laguna, una aldea que hay antes del Cebreiro. Hemos arrasado con todo el material líquido del bar y a terminar con el sufrimiento de los dos últimos km hasta la cima.

Lo bueno después de llegar arriba es que no nos han dejado entrar en el albergue. Tienen preferencia los peregrinos que hacen el camino a pie y nos han dicho que teníamos que esperar hasta las 7. Después de la ronda de ladridos de Pertur nos hemos metido en una casa que alquilan habitaciones que está completamente vacía. Estamos en un caserón de la leche con bañera,
calefacción, tele... 5 días en albergues te ayudan a apreciar todas esas cositas :)

Y nada, nos hemos metido el primer pulpo, empanada y botella de ribeiro en Galicia y aquí estamos compartiendo olores y ronquidos con mujeres desesperadas en la tele.

Mañana más, si aún podemos movernos. En teoría ya es todo más sencillo; dormiremos en Portomarín y pasado en Arzúa, que hay una feria de ganado y del pulpo y no parece mal plan ;)