A más de uno le sorprenderá lo próximo de Jean Claude Van Damme. No por el planteamiento original de la historia (que lo es) ni por unas actuaciones antológicas (que al parecer no son nada malas) sino más bien por la gran acogida que está teniendo por parte de la crítica en los festivales en los que se ha presentado, como el de Sitges.
En JCVD (así es como se llama la película), Van Damme se pone en la piel de él mismo (sin clones, como en algún título de su filmografía), un veterano actor de películas de acción, experto en kickboxing que vive una madurez gris en plena decadencia. Su pasado glorioso ha quedado olvidado y la relación con su mujer está en manos de su abogado. La historia nos cuenta como acude a su Bruselas natal y resulta víctima de un atraco a una oficina de correos y su vida cambia. Pues es capaz de transmitir con su trabajo y su mirada, lo que antes hacía con su veloz técnica de piernas. La elasticidad de sus músculos ha dejado protagonismo a su capacidad de interpretación y parece que es capaz incluso de aflorar incipientes lágrimas a los espectadores más duros. Una reflexión tragicómica sobre la fama, el ascenso y la decadencia de un actor que se resiste a perderse en la memoria. El próximo 7 de noviembre lo podremos ver en las salas españolas. Me la apunto.
miércoles, 15 de octubre de 2008
JCVD
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